La imprenta en el Renacimiento



La construcción de la imprenta moderna aproximadamente en 1440, por parte de Johannes Gutenberg, ayudo a abrir el camino para que la edad de los descubrimientos surgiera, para así contribuir al desarrollo de la educación; siendo este método el más efectivo para reproducir textos, sin necesitad de que el autor escriba nuevamente su manuscrito y poder compartirlo con la sociedad.

Antes de que este invento naciera, los escritores medievales que querían compartir o  difundir sus libros, tenían que reescribir de nuevo el texto; comúnmente eran frailes o monjes los encargados de esta tarea, haciendo replicas por encargo del clérigo, reyes o de la nobleza. A pesar de que algunos monjes no sabían leer ni escribir, simplemente copian o imitaban los signos que en algunas ocasiones ni entendían, se les llamaba copistas; esto era fundamental cuando se trataba de copiar un libro prohibido sobre medicina o sexo. Duraban casi 10 años en este proceso.

Cuando Gutenberg apareció con la idea de retar a un copista intentando reproducir la biblia en el menor tiempo posible y que el resultado sería el mismo, no se dio cuenta de que ese plan fuera el futuro para toda la humanidad. Pidió un préstamo a Johann Fust quien fue uno de los primeros impresores alemanes; al tratar de imitar los manuscritos Gutenberg creo los tipos móviles y separo las letras del alfabeto, quedando estas en piezas de madera. Cuando se quedo sin dinero pidió un nuevo préstamo pero Fust en cambio le dijo que trabajara con su sobrino, para que vigilara su inversión. Después de dos años su capital se había acabado de nuevo, intento pedir un nuevo préstamo, pero Fust y su sobrino, cancelaron la deuda y lo sacaron de su propio proyecto; todas las 150 biblias que él se había propuesto a imprimir fueron vendidas exitosamente.

La invención de la Imprenta se difundió rápidamente por todo Europa, estableciéndose por todo el Imperio Romano en 1460, llegando a países como Italia, Inglaterra, Francia, los países Bajos, España y Europa oriental. Venecia fue el centro de imprenta más famoso que albergaba alrededor de 100 impresores que produjeron casi dos millones de volúmenes. Ya para el año de 1500, Europa contaba con más de mil impresores que publicaron más de 40.000 títulos con 8 o 10 millones de copias. Publicaban libros bíblicos, clásicos griegos y latinos, gramática medieval, manuales de leyes, filosofía y novelas romances que crecían con el transcurso de los años.

Fuente:

J. Spielvogel. 2009. Historia Universal. Civilización de Occidente. (Séptima edición). México D.F. Thomson/ Wadsworth. Pág. 355

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